viernes, 7 de octubre de 2011

El proceso


Hubo un momento en el que un checo, nacido en el siglo XIX, ordenó a su amigo íntimo que a su muerte quemara todos sus manuscritos. Cuando en 1924 su muerte se produjo, el amigo violó su deseo y publicó sus textos. Franz Kafka es de esta forma considerado hoy uno de los escritores más influyentes del siglo XX y del XXI. Y una no puede pasar sin preguntarse qué opinaría él de esto.
El proceso es una de estas obras tan influyentes en la literatura y en general el arte contemporáneo, y eso que se trata de una novela inacabada. En ella Joseph K., apoderado de un banco, es detenido una mañana en la pensión donde habita, cuando aún está en pijama, a causa de unos cargos que no se conocen en ningún momento, ni siquiera el propio K. sabe de lo que se le acusa. A pesar de esto Joseph K. hace su vida en total libertad, salvo por algunas vistas obligadas en los tribunales, sin conocer cómo marcha su proceso, ni fecha de juicio, ni nada de nada. Todas las opiniones que consulta parecen indicarle que no hay nada que hacer para intentar intervenir favorablemente en su proceso, y que éste se alargará de forma indefinida.
Poco a poco esta situación hace mella en la salud de K., provocándole un malestar constante que le hace descuidar su trabajo en el banco, invadiéndole así una paranoia que recuerda a la del Raskolnikof de Crimen y castigo (Dostoievski).
La sensación durante la lectura de esta novela fue para mí la de estar leyendo una pesadilla. Al principio tiendes a enfocarla de forma realista, pero el lector no puede más que sentirse desorientado ante el desconocimiento de los cargos contra el protagonista, el castigo físico contra los guardianes en un almacén del banco en el que trabaja K., el emplazamiento de los tribunales en los suburbios, las escenas en la casa del abogado y, sobre todo,  aquella escena con el sacerdote en la catedral. El surrealismo se abre paso entre las impresiones y entonces entiendes claramente el porqué de que exista el adjetivo kafkiano.
El proceso es una lectura interesante, diferente y peculiar, muy recomendable porque es difícil leer algo parecido. Una impresión que se puede transpolar a otros escritos de Kafka como La metamorfosis, un relato corto que es probablemente su historia más conocida. Además son lecturas muy fáciles de seguir pues Kafka emplea un lenguaje muy sencillo y accesible.

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