domingo, 6 de noviembre de 2011

El arte de volar

Que fuese el Premio Nacional de Cómic de 2010 es una de las razones para leer El arte de volar. Otra puede ser que te gusten las novelas gráficas bien guionizadas, y otra que te interesen los relatos verídicos de la guerra civil española.



El arte de volar es una dura historia en la que Antonio Altarriba refleja la existencia en un mundo injusto a través de la vida de su padre, que se suicidó cuando estaba ya en la residencia de ancianos. Es una historia triste y llena de golpes duros, como no es difícil de imaginar, tratándose de las experiencias vitales de un miliciano republicano y más tarde exiliado del régimen, que tuvo que pasar por la experiencia de los campos de concentración franceses. Altarriba hace de esta novela gráfica una protesta contra lo injusto de un mundo que castiga a alguien como su padre, quién sólo quería trabajar de forma honrada, y nunca consiguió tener una vida feliz, o que le satisficiese.

Además, esta novela gráfica nace también como protesta contra otra injusticia, y es que Altarriba lleva ya mucho tiempo envuelto en líos judiciales por haberse negado a pagar la última factura de 34 euros que su padre debía a la residencia en la que se suicidó (saltando desde la última ventana después de conseguir burlar toda vigilancia). Dice que no la pagará en honor a la memoria de su padre, porque rendirse a esa última derrota sería acabar de enterrar la lucha que ese hombre mantuvo inútilmente toda su vida.


De esta novela gráfica yo destacaría sobre todo la capacidad de síntesis del guión, que representa los momentos claves de la vida del padre de Altarriba contados de una forma que no puede hacer otra cosa que llegarte a la fibra. Para mí tal vez fuese también el problema. No me gustó demasiado porque es muy triste y dramática, y al terminar de leerla poco menos que te entran también ganas de saltar por la ventana. La verdad es que me pareció un poco deprimente.

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